El Cyber Wow ha llegado para quedarse, y su impacto va más allá de las cifras de ventas. Es un fenómeno cultural, económico y tecnológico que obliga a repensar cómo consumimos, qué valoramos y qué tipo de país digital estamos construyendo. Similar al Black Friday en Estados Unidos, esta campaña de comercio electrónico se celebrará en Perú el próximo 3 de noviembre, y promete volver a movilizar a millones de compradores en busca de ofertas. Pero más allá del entusiasmo, lo que está en juego es la forma en que nos relacionamos con el consumo, la tecnología y la promesa de un futuro más conectado, aunque no necesariamente más equitativo.

Impacto del Cyber Wow en el consumo online en Perú

Cuando llega la temporada de descuentos digitales, el Cyber Wow se convierte en algo más que una campaña: parece una celebración nacional no oficial. Durante esos días, millones de personas interrumpen sus rutinas para mirar pantallas, comparar precios y llenar carritos virtuales con la misma entrega con la que antes se recorrían los pasillos del mercado. Más allá del frenesí de ofertas, este fenómeno revela cómo han cambiado nuestros hábitos de compra, qué tipo de valor priorizamos y hacia qué modelo de comercio electrónico se está desplazando el país.

El Cyber Wow como termómetro del consumo digital

Desde su creación en 2018, el Cyber Wow ha evolucionado de ser una tímida iniciativa de descuentos a convertirse en el evento más esperado del calendario digital peruano. En su edición más reciente, congregó a más de 250 marcas y atrajo a millones de usuarios, consolidando su posición como catalizador del comercio electrónico nacional.

El gasto promedio por persona durante esta edición superó los S/350, una cifra que no solo refleja entusiasmo, sino también una creciente confianza en las plataformas digitales. No es poca cosa en un país donde, hasta hace poco, el efectivo seguía reinando en las transacciones cotidianas.

El consumidor peruano: cada vez más móvil, cada vez más exigente

Una de las transformaciones más notorias es el viraje hacia el consumo móvil. Cinco de cada diez compradores accedieron al evento desde sus teléfonos. Este dato no solo confirma la penetración de los smartphones, sino que revela un cambio de hábitos: compramos mientras viajamos en el Metropolitano, en la fila del banco o desde la cama antes de dormir.

Pero no se trata solo de acceso. El consumidor digital peruano ha dejado de ser ingenuo. Compara, revisa reseñas, exige garantías y no se deja seducir por cualquier banner colorido. La confianza ya no se regala: se gana con políticas claras de devolución, medios de pago seguros y una experiencia de usuario sin tropiezos.

Sectores que lideran las ventas y los que aún no despegan

Durante el Cyber Wow, los productos tecnológicos siguen siendo los reyes del baile. Celulares, laptops, televisores y electrodomésticos encabezan las listas de ventas. Le siguen la moda, los artículos para el hogar y, en menor medida, los servicios turísticos, que aún luchan por recuperar el terreno perdido durante la pandemia.

La siguiente tabla resume los sectores con mayor participación en ventas durante el evento más reciente:

CategoríaParticipación estimada en ventas (%)Tendencia actual
Tecnología35%En alza
Moda y accesorios22%Estable
Electrodomésticos18%En alza
Hogar y decoración10%En crecimiento
Turismo y viajes7%Recuperación
Otros (libros, cursos)8%Variable

Este reparto no solo refleja preferencias, sino también poder adquisitivo y prioridades. En un país donde el acceso a la tecnología aún es desigual, el evento se convierte en una ventana para acortar brechas, aunque también revela las tensiones entre consumo aspiracional y realidad económica.

El papel de las marcas: entre la oportunidad y la responsabilidad

Para las empresas, el Cyber Wow es una vitrina de alto voltaje. No participar es casi un pecado capital en términos de visibilidad digital. Pero estar presente no basta: hay que saber cómo estar. Las marcas que mejor capitalizan el evento son aquellas que entienden que el precio no lo es todo. La logística, la atención postventa, la transparencia en los términos y condiciones y la capacidad de respuesta ante reclamos son factores que pesan tanto como el descuento más agresivo.

Una gerente de marketing de una cadena de electrodomésticos lo resumía así: “El Cyber Wow ya no es solo una campaña de ventas. Es una prueba de fuego para nuestra reputación digital. Si fallamos en la entrega o en la atención, el cliente no solo no vuelve: lo cuenta en redes.”

Y es que el consumidor peruano ha aprendido a usar su voz. Las redes sociales, los foros y las plataformas de reseñas se han convertido en tribunales públicos donde se juzga la calidad del servicio. Un error logístico puede viralizarse más rápido que una oferta de 2×1.

Brechas digitales y desafíos pendientes

Aunque el crecimiento del comercio electrónico es innegable, no todo el país participa del festín. Solo el 57% de los hogares peruanos tiene acceso a internet, y la mayoría de ellos se concentra en Lima y las principales ciudades del país. En zonas rurales, la conectividad sigue siendo un lujo, y con ella, el acceso a eventos como el Cyber Wow.

Esta desigualdad digital no solo limita el alcance del comercio electrónico, sino que perpetúa brechas económicas y educativas. Mientras algunos comparan precios en tiempo real y reciben sus pedidos en 24 horas, otros siguen dependiendo del mercado local, sin acceso a las mismas oportunidades ni a los mismos precios.

¿Compramos más o compramos mejor?

Una pregunta incómoda, pero necesaria. ¿El Cyber Wow está fomentando un consumo más inteligente o simplemente más consumo? La respuesta, como casi todo en economía, depende del cristal con que se mire.

Por un lado, hay quienes aprovechan el evento para adquirir productos que necesitan a precios más accesibles. Para una familia que ha postergado la compra de una refrigeradora o una laptop para las clases virtuales, un descuento del 30% puede marcar la diferencia. Pero también están los que compran por impulso, seducidos por la urgencia del “solo por hoy” y el miedo a quedarse sin stock.

La psicología del descuento es poderosa. El contador regresivo, los banners rojos, las notificaciones push: todo está diseñado para activar nuestros impulsos más primitivos. Y aunque no hay nada de malo en darse un gusto, conviene preguntarse si ese tercer par de zapatillas era realmente necesario.

El futuro del Cyber Wow: ¿más allá del descuento?

El evento ha demostrado ser un motor de digitalización, pero también enfrenta el riesgo de agotarse en su propio éxito. Si todo está siempre en oferta, ¿qué sentido tiene esperar al próximo Cyber Wow? ¿No estaremos entrenando al consumidor a no comprar fuera de temporada?

Algunas marcas ya están explorando nuevas fórmulas: experiencias exclusivas, lanzamientos limitados, alianzas con creadores de contenido y hasta realidad aumentada para probar productos desde casa. El reto es claro: pasar del descuento al valor. No se trata solo de bajar precios, sino de elevar la experiencia.

¿Qué nos dice el Cyber Wow sobre el Perú que somos?

Más allá de las cifras, el Cyber Wow es un espejo. Nos muestra un país que quiere digitalizarse, pero que aún arrastra viejas deudas: conectividad desigual, desconfianza en el sistema, informalidad comercial. Al mismo tiempo, revela una ciudadanía cada vez más informada, más exigente y más conectada con el mundo.

El Cyber Wow ha llegado para quedarse, y su impacto va más allá de las cifras de ventas. Es un fenómeno cultural, económico y tecnológico que obliga a repensar cómo consumimos, qué valoramos y qué tipo de país digital estamos construyendo. Similar al Black Friday en Estados Unidos, esta campaña de comercio electrónico se celebrará en Perú el próximo 3 de noviembre, y promete volver a movilizar a millones de compradores en busca de ofertas. Pero más allá del entusiasmo, lo que está en juego es la forma en que nos relacionamos con el consumo, la tecnología y la promesa de un futuro más conectado, aunque no necesariamente más equitativo.

Scroll al inicio